Razón nº17: Peligros al volante (Parte 1)

Maldito karma, siempre haciendo de las suyas... Tras la publicidad les contaremos qué es lo que pasa cuando te ríes de la gente cuando vas conduciendo.

Íbamos nosotras no tan felices camino de la facultad, en un Renault de los años 80, cuando vimos que venía en nuestra dirección un chaval de buen ver pero que corría como si se estuviera derritiendo.

El tío corriendo

Obviamente, no podíamos ignorar ese hecho. Teníamos que reírnos. La conductora, Jessie, quiso buscar un ángulo mejor para admirarlo (no sabemos si al tío o a su forma de correr). Y nada, que nos salimos de la carretera. El chaval se quedó tal que así:

 

Lo peor es que seguramente llegara a su casa pensando que dos tías casi se la pegan viendo lo bueno que estaba. Que lo estaba.

¡¡¿¿Cómorl??!!

Sucesos paranormales, hechos inexplicables, fenómenos que van más allá del intelecto humano. Cosas como éstas nos pasan con mayor frecuencia de lo que cabría esperar. Por ello, hemos decidido crear esta sección to wapah. 

Razón nº 16: ¿Jessie y James entre fogones? Trae el extintor...

Pnarnia, 25 de septiembre de 2014. 02:23pm.

La mañana se desarrolló sin incidentes. Hasta que el estómago de Jessie rugió. Fue entonces cuando se desencadenó el fatídico accidente.

Po nah, que estaba Jessie terminando de hacerse los macarrones cuando se le cayó el paquete de queso. A cualquiera de este planeta se le podría haber caído en el suelo, en la encimera o incluso haber manchado la pared. Pero no. Siendo Jessie, tuvo que caer en una placa encendida.

El resultado, que la vitro pasó de ser Fagor a tener impreso bien grande el logotipo de El Caserío. 


Facultad de Biología de la Universidad de Pnarnia, invierno de 2012. 07:12pm.

Esa misma tarde, James había estado comentando la torpeza de su compañera de laboratorio (las cosas claras, se estaba riendo de ella, pero no con maldad) porque el día anterior se había quemado los pelillos del brazo con un mechero Bunsen.

07:17. El karma hace su temible aparición, envolviendo la mesa de trabajo de James en llamas. Ella dice que la goma de su mechero estaba suelta. Nunca lo sabremos. El caso es que el gas llegó a otro mechero cercano y prendió fuego al laboratorio. Pero, ¡hey!, ¿quién puede decir que una vez quemó su mesa del laboratorio? A James le caracteriza su optimismo :D

Pero el drama no acabaría aquí. En un intento de salvar la vida de James, el profesor comenzó a pisotear el cuaderno de apuntes de J, que estaba en llamas. Impactada por la crueldad con la que el hombre pateaba sus esfuerzos de todo el curso, James apenas pensaba en salvarse. Sólo importaban sus apuntes... Triste vida la del universitario.

Nosotras en la situación

*Nota del Autor: la "p" de Pnarnia es muda.

Razón nº 15: Nuestra forma de decir que no

Relaciones públicas, esa especie aparte que se dedica a acosar a jóvenes viandantes como si les fuera la vida en ello. Son depredadores de la noche. Los machos se acercan con actitud chulesca en camisa de cuadros, pantalones cagados y engominados cual modelo de Giorgi. Las hembras, maquilladas con la escopeta de Homer y enseñando pierna o escote en función del tamaño de las tetas, se empeñan en mantener un precario equilibrio sobre esos taconazos con los que todos nos hemos encogido de dolor al ver. RRPP a nosotras...

Era una agradable noche de verano (ése que ya se acabó.... T_T). Hasta que se nos acercó un chico que reunía todas las características anteriormente descritas. Creemos que es porque íbamos provocando: estábamos monísimas de la muerte. Pero no encontramos un atisbo de compasión en nuestro no tan bello interior.

- ¡Ey, chicas! ¿Qué os parece una copa esta noche? Tenemos muy buen ambiente, copas a 4€, un chill-out muy bonito con... - a partir de aquí dejamos de escuchar, hasta que cometió el crítico error que le condenaría al Rincón del Llanto* - Venga, que os veo muy serias - dijo, riéndose como si hubiera contado el chiste del siglo.

Fue entonces cuando Jessie lo miró de tal forma que zi lah miráh matazen, ehtaba tiezo en er zuelo. Su respuesta fue breve pero mordaz:

- Venga, no.

Sumiendo al pobre relaciones públicas en la más profunda de las humillaciones, Jessie y James se fueron, por una vez en su vida, con dignidad.

*Rincón del Llanto: se define como la esquina en la que se reúnen a llorar aquellas personas que han sufrido algún tipo de humillación.

Razón nº14: La triste historia de por qué nos conocimos

"Joder, soy manca social. Llevamos tres semanas de curso y no he mantenido una conversación de más de 15 minutos con nadie". Era ciertamente triste, pero Jessie no iba a rendirse tan fácilmente.

- Te recojo esta tarde, entonces. Que tengas un buen día. Aprende mucho-. Dijo el hermano de Jessie sacándola de sus penosos pensamientos.

- ¡Vale, gracias!- Respondió, mientras veía una chica con cara de aburrida que recordaba haber visto en clase. Salió del coche y se dirigió hacia ella. 

A pesar de su cara de pocos amigos o, como a ella le gusta describirse a sí misma, de "contigo no, bicho", Jessie le echó ovarios y se sentó al lado suya.

Al parecer, su cara no era de mala hostia, tan solo era una pobre manca social... como Jessie. Quizá nos aventuremos mucho al decir esto, pero puede que fuera esa manquedad común la que las uniera tanto. Y ahora son chupiamigas. ¡Bieeeeen!

Razón nº13: También nos gusta que nuestras cagadas queden por escrito

Era una buena ocasión para quedar dignamente ante nuestros compañeros de clase e integrarnos como personas normales: formar parte de un banco de apuntes. Podíamos quedar hasta de inteligentes o buenas estudiantes. Pero seamos realistas, somos nosotras. Eso no iba a pasar.

La cagada de Jessie tiene realmente su origen en la cagada de otra persona: el profesor. Entendemos que, con tantas horas hablando, uno puede cometer errores. Pero Jessie no perdona y lo inmortaliza en los apuntes. 

El pobre señor quería decir algo como: "Es más probable que los señores mayores se partan la cadera y luego se caigan, y no al revés". Sin embargo, hay momentos en los que cerebro y boca no se ponen de acuerdo y surgen maravillas como esta: 

"Si te caes, lo más probable es que tengas un hueso".

Cómo no, Jessie y James muertas de risa decidieron mofarse escribiendo la frase en los apuntes, rematándolo con un "eso eh asín". No obstante, el maldito karma hizo de las suyas y Jessie pasó sus apuntes con la frase tal cual al resto de la clase.

A James le entró envidia y su subconsciente decidió que podía hacerlo mejor escribiendo "órbitas culares" en lugar de "órbitas oculares", despidiéndose de todo rastro de dignidad que pudiera quedar de cara a sus compañeros.

Razón nº12: Borrachas la cagamos aún más

Después de mes y medio de exámenes, todo estudiante se merece una noche de alcohol, discoteca y diversión. Nosotras no íbamos a ser menos. 

La noche empezó con una caminata de media hora en tacones y a 30ºC a las 12 de la noche (sí, esta ciudad es encantadora) en busca de nuestros compañeros de clase. Cuando por fin llegamos y nos asentamos, cubata en mano, llega la policía. Cunde el pánico y todos salimos corriendo. Como Dios los cría y ellos se juntan, un amigo nuestro, responsable de los hielos (lo único por lo que no podían pararle) los tiró dramáticamente, presa del miedo.

Sin hielo y con la Coca-Cola calentorra, seguimos bebiendo porque ya lo habíamos pagado. Nos cogimos el morao de turno y entramos a la discoteca.

 Nosotras entrando a la discoteca

Si estuvimos tres horas en la discoteca, dos y media las pasamos en la cola del servicio. Y en este tipo de situaciones, o haces amigos, o haces enemigos. James tiene dos clases de borrachera: la simpática y amigable o la de "te reviento". Esa noche tenía las dos.

Gracias al efecto del ron y de haber terminado los exámenes, nosotras éramos felices haciendo cola en el baño. Pero una maldita sangre sucia intentó colarse y James no tolera las injusticias. 

- James, ¿ésa no se está colando?
- Hostia, sí. ¿Qué hacemos? ¿Se lo decimos?
- Venga - Jessie, que es la diplomática del team JJ, se fue hacia la colona -. Oye, perdona, que te estás colando.
- No, yo estaba aquí... 
- Esta se cree que por estar borrachas somos gilipollas - dijo James pensando que susurraba -. Illa, que no te cueles. Que tú no estabas aquí.
- Vale, vale - respondió la sangre sucia, sin moverse del sitio.
- ¿¡Que vale qué!?
- Que vale, que vale.

Y así estuvieron un rato hasta que Jessie intervino:

- Tía, que ya se quita. Relájate, no la mates.

James se relajó para después hacerse amiga de una que no se había colado. Ella es así: bipolar cuando se emborracha.

A eso de las seis de la mañana, con un par de copas más encima, nos esperaba el padre de James para recogernos. Quien resultaba ser un policía aún de servicio. Nos llevó a la comisaría a esperar hasta que terminara su turno para llevarnos a casa.

No podíamos estar calladitas, no. Era mucho mejor intentar convencer al padre de James y a su compañero de que no íbamos borrachas intentando hablar de temas serios. Con una papa que enorgullecería al propio Pocholo, se podría decir que el plan no fue muy bien. Pero eso no es ninguna sorpresa.

Nosotras intentando demostrar que no estábamos borrachas